HISTORIA DE JUNÍN

HISTORIA DE JUNÍN

La región de Junín, ubicada en el corazón de los Andes peruanos, tiene una rica historia que abarca desde los primeros pobladores hasta la época republicana, marcada por su importancia estratégica, cultural y económica.

Primeros Pobladores

Los primeros habitantes de Junín se remontan a aproximadamente 10,000 años a.C., con evidencias arqueológicas en cuevas como las de Pachamachay y Telarmachay (San Pedro de Cajas, Tarma, 4420 m.s.n.m.), ubicadas en la puna de Junín. Estos pobladores eran cazadores-recolectores nómadas que se dedicaban a la caza de camélidos como la vicuña y el guanaco, además de recolectar plantas silvestres. Con el tiempo, hacia el 5,000 a.C., iniciaron la domesticación de camélidos (llamas y alpacas) y la agricultura incipiente, especialmente de tubérculos como la papa.


El hombre de Junín era de contextura robusta, adaptado a las alturas andinas, y vivía en pequeños grupos organizados. Los restos arqueológicos muestran herramientas líticas y pinturas rupestres que reflejan su estilo de vida. Entre las principales etnias que habitaron la región antes de la llegada de los incas se encuentran los Pumpus, Wankas (o Huancas) y Tarma , quienes desarrollaron una economía basada en la agricultura, el pastoreo y el comercio interregional.

Culturas Preincas

La Cultura Pumpu se desarrolló en la zona del lago Chinchaycocha (actual lago Junín), destacándose por su organización social y adaptación al ecosistema de la puna. Construyeron centros ceremoniales y aldeas, dedicándose principalmente al pastoreo de camélidos y al cultivo de productos andinos como la quinua y la papa. Su capacidad para aprovechar los recursos de altura demuestra su avanzado conocimiento del medio ambiente.


Otra de las culturas más relevantes fue la Cultura Huanca (Wanka), que se asentó en el valle del Mantaro, especialmente en las actuales provincias de Jauja y Huancayo. Desde el 1,200 a.C. hasta la llegada de los Wari y despues de los incas, los Huancas desarrollaron una sociedad compleja con centros urbanos fortificados, como los sitios arqueológicos de Tunanmarca (Sikilla Pucara) y Warivilca (Pacarina). Eran expertos agricultores, cultivando maíz, quinua, olluco y otros productos, y destacaron en la textilería y la cerámica. Su organización social se basaba en ayllus, liderados por curacas, y su religión giraba en torno a la veneración de los apus (cerros sagrados) y las deidades asociadas al agua. El mito central de los dioses de los Andes relata la épica batalla entre Huallallo Carhuancho, dios del fuego y la sequedad, y Pariacaca, deidad del agua y la fertilidad. Pariacaca vence a Huallallo con aluviones y lluvias torrenciales, desterrándolo a las alturas (Huaytapallana). Esta victoria establece un nuevo orden, simbolizando el triunfo de la agricultura y la vida sobre la aridez.


En la zona de Tarma, se desarrolló otra cultura preinca que combinó la agricultura con el comercio, aprovechando la fertilidad del valle y su ubicación estratégica como nexo entre la sierra y la selva. Construyeron fortalezas en cerros para protegerse de incursiones enemigas, lo que demuestra su carácter guerrero y su capacidad de adaptación al terreno.


Estas culturas alcanzaron un notable desarrollo, con sistemas de irrigación, andenes y una organización social basada en el trabajo colectivo. Sus centros poblados, como los de Huacrapuquio y Sicaya, muestran la avanzada planificación urbana de la época.

Época Incaica

La incorporación de Junín al Imperio Incaico ocurrió durante el reinado de Pachacútec (siglo XV), quien conquistó el Chinchaysuyo, la región norte del Tahuantinsuyo que incluía Junín. Los Huancas, liderados por sus curacas, ofrecieron resistencia inicial, pero finalmente fueron sometidos por los ejércitos incas. La región fue reorganizada como una provincia clave del imperio debido a su fertilidad, riqueza minera y ubicación estratégica en las rutas hacia el norte y la selva.


Jauja, conocida como Xauxa por los incas, se convirtió en un importante centro administrativo y militar. Los incas construyeron la ciudad de Hatun Xauxa, con palacios, templos (como el Templo del Sol), almacenes (qolqas) y un sistema de caminos (Qhapaq Ñan - Calle Real) que conectaban la región con Cusco y otras partes del imperio. Los Huancas, aunque sometidos, mantuvieron cierta autonomía bajo el liderazgo de sus curacas, quienes colaboraron con los incas en la administración y en campañas militares.


Los incas embellecieron la región con edificaciones de piedra, como las encontradas en Incahuasi (cerca de Huancayo) y en Pachacayo. Además, fomentaron el cultivo intensivo de maíz y papa, y explotaron minas de cobre y plata en la zona. La alianza entre los incas y los Huancas se fortaleció mediante matrimonios estratégicos y el establecimiento de mitimaes (poblaciones trasladadas para consolidar el control incaico).

Época Colonial

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, Junín jugó un papel crucial en la conquista y colonización del Perú. En 1534, Francisco Pizarro fundó la ciudad de Jauja como la primera capital del Perú, debido a su clima favorable, su ubicación estratégica y la fertilidad del valle del Mantaro. Sin embargo, la capital fue trasladada poco después a Lima.


Durante la colonia, los españoles impusieron el sistema de encomiendas, explotando la mano de obra indígena para la agricultura y la minería. Los Huancas, que inicialmente colaboraron con los españoles contra los incas, sufrieron abusos y tributos excesivos, lo que generó descontento. En 1560, se registraron rebeliones como la de Taki Onqoy, un movimiento religioso-mesiánico que buscaba restaurar las tradiciones andinas y rechazar la imposición española. Este movimiento tuvo fuerte presencia en el valle del Mantaro.


La región también fue un importante centro de evangelización, con la construcción de iglesias como la de Santa Rosa de Ocopa, que se convirtió en un núcleo misionero hacia la selva central. Los indígenas de Junín, organizados en reducciones, continuaron cultivando maíz, papa y trigo, mientras que los españoles introdujeron ganado vacuno y ovino.


Mientras tanto, la propia Huancayo fue fundada como "pueblo de indios" en 1572, pero antes, en 1564, el rey Felipe II de España le otorgó su escudo de armas. El cronista Felipe Huamán Poma de Ayala transitó por la ciudad en 1616. La Plaza Huamanmarca albergó el primer templo construido en 1572, pero la Plaza Constitución, antes "Plaza Nueva" o "del Comercio", ganó relevancia. En 1813, se juró allí la Constitución liberal de Cádiz, y la iglesia que hoy la preside, iniciada en 1799, se concluyó en 1810.

Época Republicana

Junín fue escenario de eventos decisivos para la independencia del Perú. La independencia nacional fue declarada en la iglesia La Merced de Huancayo el 20 de noviembre de 1820. Posteriormente, el gobernador José de la Torre Tagle confirió a Huancayo el título de "Ciudad Incontrastable".


El valle de Huancayo también fue escenario de eventos decisivos para la consolidación de la República. En agosto de 1824, el general Simón Bolívar llegó a la región, y el 6 de agosto de 1824, se gestó la gloriosa Batalla de Junín, un enfrentamiento clave en la guerra de independencia liderado por Simón Bolívar. En esta batalla, las fuerzas patriotas, con el apoyo de los Húsares del Perú posterior, Húsares de Junín, liderado por Manuel Isidoro Suárez, derrotaron a los realistas por la orden falsa que dio José Andrés Rázuri , consolidando el camino hacia la independencia del Perú. La victoria en Junín, junto con la posterior Batalla de Ayacucho, marcó el fin del dominio español en el país.


Durante la República, Junín se convirtió en un centro agrícola y ganadero, con el valle del Mantaro como motor económico. En 1839, se creó el departamento de Junín, con Huancayo como su capital. Sin embargo, la región también enfrentó conflictos, como la oposición a la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), liderada por Andrés de Santa Cruz. Los juninenses, liderados por figuras como José Gálvez  Egúsquiza (abuelo de José Gálvez Barrenechea), participaron activamente en las luchas internas de la época. Un hito social significativo fue la abolición de la esclavitud decretada por el presidente Ramón Castilla en 1854 en un inmueble de la Plaza Constitución. Finalmente, el 16 de noviembre de 1864, se declaró la creación de la provincia de Huancayo.


En la Guerra del Pacífico (1879-1883), Junín fue escenario de resistencia contra la ocupación chilena. Comunidades indígenas y campesinas, organizadas en guerrillas o "montoneras", combatieron a los invasores en zonas como Concepción y Comas. Figuras como Andrés Avelino Cáceres, el "Brujo de los Andes", organizaron la resistencia desde la sierra central, incluyendo Junín, en la llamada Campaña de la Breña.


En el siglo XX, Junín experimentó un auge económico gracias a la minería (especialmente en Cerro de Pasco) y la modernización de la agricultura. La construcción del Ferrocarril Central, que conecta Lima con Huancayo, impulsó el desarrollo de la región. Sin embargo, también enfrentó desafíos como la explotación laboral en las minas y conflictos sociales por la tenencia de la tierra.


El 3 de febrero de 1989 cayó detenido Víctor Polay Campos "Camarada Rolando", líder del MRTA, en el Hotel de Turistas de Huancayo junto a su pareja Rosa Luz Padilla en la Operación Hotel, marcando un punto crucial en la lucha contra el terrorismo.

Legado Cultural y Actualidad

Junín conserva un rico legado cultural, reflejado en sitios arqueológicos como Tunanmarca, Wariwillka y Arwaturo, así como en tradiciones como la Danza de los Huaconada (declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO). La región es conocida por su diversidad geográfica, que abarca desde la puna hasta la selva central, y por su producción agrícola, especialmente de papa, maíz y café.


Hoy, Junín es un importante centro económico y cultural de la sierra central del Perú, con ciudades como Huancayo, Jauja y Tarma destacando por su dinamismo. Su historia refleja la resiliencia de sus pueblos, desde los antiguos Huancas hasta los héroes de la independencia y la resistencia, consolidando su lugar como una región clave en la historia del Perú.


No hay comentarios